miércoles, 11 de mayo de 2016

Redacción de Yo Autor César Mallorquí: Las lágrimas de Shiva

 YO AUTOR: CÉSAR MALLORQUÍ

Yo, César Mallorquí nací el 10 de junio de 1953 en Barcelona, España. Al año siguiente de mi nacimiento, mi padre se trasladó a Madrid junto con mi madre y yo.
 José Mallorquí, mi padre tuvo una vida un tanto difícil ya que su padre le abandonó al nacer y él se quedó con su madre viuda. Él fue un escritor de literatura popular y digamos que yo cogí ejemplo de mi padre y también me aficioné a ello. Él nunca me dio consejos solo dos o tres, y casi nunca le gustaba hablar de libros conmigo.  Justamente al poco de haber nacido yo, mi padre aceptó una oferta que le hizo la cadena de radio SER y empieza a trabajar para ellos.
Mi madre se llamaba Leonor del Corral. Ella se casó con papá en 1936. Tras trasladarnos a Madrid ella enfermó y finalmente muere de Leucemia en 1971.
En cuanto a mí, desde muy pequeño me aficioné a la literatura al igual que mi hermano mayor. Parecía que toda la familia iba a aficionarse a ello. Escribir fue algo a lo que supe sacarle provecho. La literatura ha formado parte de mi vida desde la infancia. En 1970 empecé a trabajar en la radio escribiendo seriales que más tarde publiqué en formato de libro, por ejemplo, la revista La codorniz. Mi primera publicación fue un relato corto en una revista a los quince años. Más tarde empecé unos estudios de periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información, en la Universidad Complutense en 1974.  En realidad, empecé un año más tarde a estudiar debido a que un ministro franquista decidió hacer equivalente el año natural. Mi primer año de facultad fue de solo seis meses. Hice periodismo porque se me daba bien escribir. Así de claro. Desde muy pequeño ya escribía y me gustaba mucho hacerlo. Estuve trabajando desde los dieciséis a los veintisiete años porque luego en 1981 cambié el periodismo por la publicidad. También me decanté por probar a escribir ciencia ficción, pero al final lo dejé porque no me gustaba, e hice finalmente publicidad. Cambié el periodismo porque lo que me desencantó de ello fueron los periodistas, así de simple. Porque muchos venían del Régimen y eran de una soberbia increíble y para los que estábamos empezando nos despreciaban y debíamos rendirnos a sus pies.
Durante diez años trabajé como creativo en varias agencias, por lo que abandoné la literatura por completo. Finalmente, en 1991 supe lo que realmente me hacía feliz, la literatura. Esta siempre fue mi verdadera vocación, y desde entonces me he dedicado plenamente día a día a ella.
Empecé con la literatura juvenil presentándome a premios de literatura infantil y juvenil ya que eran premios dotados económicamente. Probé suerte en el premio EDEBÉ y gané, me volví a presentar y volví a ganar. Luego me presenté al ANGULAR y casualmente gané. Suerte creo yo. Reconozco que fui un buen escritor y periodista, pero ahora y para siempre me dedicaré a ser novelista juvenil, pero quien sabe, a lo mejor si me surgiera una gran oportunidad como periodista…, me lo pensaría bien, porque ahora los tiempos han cambiado y ya no estamos en épocas franquistas, ahora sí que se tiene libertad de expresión… cosa que aquellos tiempos no tenían.
Ahora estoy casado, tengo dos hijos a los que dedicarme y sigo adelante con la literatura y mis publicaciones de novelas…
Aquí os dejo algunas de mis publicaciones de literatura:
 La pared del hielo (Premio Alberto Magno 1992)
El coleccionista de sellos (novela ediciones B. 1996)
La cruz de el Dorado (Novela EDEBÉ 1999)
Las lágrimas de Shiva (Premio EDEBÉ 2002)
La puerta de Agatha (Novela EDEBÉ 2003)
Trece menos (Antología, fantasy 2015)

domingo, 1 de mayo de 2016

Redacción de los 5 sentidos: Las lágrimas de Shiva

Redacción de los cinco sentidos:Las lágrimas de Shiva
En la portada destaca una luna llena, que aunque no aparece toda, sólo al mirar la portada es lo que parece. La luna es blanca con pequeños orificios aún más blanquecinos. Está rodeada de un cielo de noche azul oscuro y en él no se encuentra ni tan solo una estrella. Volviendo a la luna, esta tiene unas sombras difuminadas por el cielo de la noche. Lo que contrasta con el cielo azul es este rojo tan chillón que ocupa poco menos de la mitad de la portada. El título y las demás letras en blanco también destacan bastante por estar escritas con un color pálido.
La contra portada es la típica que suele aparecer en los libros pero lo que llama la atención es la imagen del cual parece ser César Mallorquí, un hombre barbudo con gafas y pocos detalles más ya que solo se puede ver la mitad de su rostro.  En esta imagen traspasa por debajo de las letras de su biografía. También podemos mencionar que está en bicolor y que predomina la mirada de César.
El libro por dentro usa distintas letras, como cuando cambia de época o al leer un fragmento que mencionan los personajes. A parte de las letras en negro y en imprenta también tiene unos dibujos que son una mezcla de la realidad  y la ficción. Estos dibujos están en gris, blanco y negro.
En la portada se aprecia una luna llena de la cual destacan unos enormes orificios que parecen ser volcanes que desprenden lava y que esta lava son destellos luminosos que provienen del centro de la esfera blanca, la luna. También en la luna se pueden apreciar unas sobras que parecen mares que invaden la luna y apagan esos luminosos destellos. El oscuro azul del cielo me provoca la sensación de estar sola y que hay alguien o algo que te observa y te incomoda. El color rojizo que también predomina en la portada, da calidez al libro y provoca un ambiente alarmante.
La contra portada es realmente peculiar. A primera vista en lo primero que me he fijado ha sido en la cara de este hombre que te observa con una mirada de inteligencia y a la vez de bondad. Las gafas que lleva puestas me hacen recordar a las gafas de sol que solían llevar los hippies antes. Me da la sensación de que la barba negra teñida de un ligero blanco que resalta, es algo esencial de él, es decir algo que le personaliza ante los demás. Al haber visto su nombre y su fotografía en la contraportada he deducido que lo que estaba escrito debía de ser su biografía o algo parecido.
Las letras del libro son diversas y al leerlas empiezo a hacer un seguido de largas hipótesis de lo que podría tratar el libro, mi imaginación se deja llevar. Lo mismo me pasa con los dibujos, no paro de hacerme hipótesis y pensamientos, pero a diferencia de las letras no consigo relacionar ni un solo dibujo con la portada ya que son muy diversos. Son un tipo de mezcla entre realidad y ficción y esto me confunde.
El tacto de la portada es bastante liso y resbaladizo. No veo que haya ningún tipo de protuberancia que haga cambiar el tacto del libro. Simplemente es liso y sin ningún tipo de irregularidad de relieve.
En la contraportada podríamos decir que también es lisa y resbalosa y que aun que los dibujos o letras sean diferentes el tacto no lo es.
Por dentro el libro sí que tiene un tacto distinto al de la portada. Tiene un tacto un poco más rugoso comparado con las tapas del libro.
Al tocar la portada aunque sé que es un tanto resbaladiza me imagino como sería tocar la arena de la luna. Una arena fina como el polvo de cola-cao y blanquecina como la nieve. La contra portada aunque no pueda evitarlo me parece sentir el tacto de esa barba, como cabello, pero no uno suave precisamente, sino uno que irrita la piel.
El libro por dentro parece ser de un tacto de madera pulida, encerada y bien limada al acabar el encerado. Este es un tacto un tanto raro de sentir pero así es como me parece ser.
Al tirar el libro al suelo suena la caída de un objeto pequeño pero ligero. El ruido que produce es como el de un eco breve.
Al pasar las hojas se siente una brisa muy ligera y se oye un corto y pequeño golpe de la contra potada al chocar contra el resto del libro.
Al pasar las páginas del libro suenan como el vaivén de las hojas de los árboles arrastrándose por el suelo en un día de tramontana. También al pasar las hojas de papel oigo voces de los personajes, riñas, discusiones, gritos como por ejemplo los de Margarita rechistando una y otra vez sobre la propaganda franquista e imperialista yanqui. No solo se oyen voces sino que también diversos tipos de música, como el tango de Luís o Beethoven de Tía Adela que ponía mientras tejía o bordaba.
Al dejar caer el libro se oye como si el paso de un gigante pisara el suelo con suavidad.
Tanto la portada como la contra portada huelen a papel y a un ligero aroma a plástico. Al pasar las páginas del libro huelen a papel, un aroma muy neutro, y a tinta no recién impresa pero igualmente el olor de percibe.
Cuando huelo el libro parece oler a nardos. Al principio un leve olor pero luego cuando te aproximas al final ese olor se hace cada vez más y más intenso. Esta no es la única olor que se percibe sino que también huele a la brisa salada del mar de Santander y a crema de bronceado, un champú que me es muy familiar…
Sinceramente el libro huele a papel y cartón que viene a ser lo mismo. Este es un gusto que como casi no tiene sabor, para mi es como no tener gusto, como el agua que sería un ejemplo ideal. También se nota un sabor a tinta de bolígrafos Bic que es muy tóxica.

Al gustar el papel del libro, depende en que página esté, noto el gusto de diferentes comidas, líquidos e incluso objetos polvorientos. Algunos de los gustos son como el de la cerveza de Javier que imagino que es amarga y con un espeso sabor a alcohol. También saboreo el melocotón recién pelado de Luís o por ejemplo en la página 202, por muy raro que suene, noto el sabor del escritorio de Beatriz.