Yo, César
Mallorquí nací el 10 de junio de 1953 en Barcelona, España. Al año siguiente de
mi nacimiento, mi padre se trasladó a Madrid junto con mi madre y yo.
José Mallorquí, mi padre tuvo una vida un
tanto difícil ya que su padre le abandonó al nacer y él se quedó con su madre
viuda. Él fue un escritor de literatura popular y digamos que yo cogí ejemplo
de mi padre y también me aficioné a ello. Él nunca me dio consejos solo dos o tres,
y casi nunca le gustaba hablar de libros conmigo. Justamente al poco de haber nacido yo, mi
padre aceptó una oferta que le hizo la cadena de radio SER y empieza a trabajar para ellos.
Mi madre se
llamaba Leonor del Corral. Ella se casó con papá en 1936. Tras trasladarnos a
Madrid ella enfermó y finalmente muere de Leucemia en 1971.
En cuanto a mí,
desde muy pequeño me aficioné a la literatura al igual que mi hermano mayor.
Parecía que toda la familia iba a aficionarse a ello. Escribir fue algo a lo
que supe sacarle provecho. La literatura ha formado parte de mi vida desde la
infancia. En 1970 empecé a trabajar en la radio escribiendo seriales que más
tarde publiqué en formato de libro, por ejemplo, la revista La codorniz. Mi primera publicación fue
un relato corto en una revista a los quince años. Más tarde empecé unos
estudios de periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información, en la
Universidad Complutense en 1974. En realidad,
empecé un año más tarde a estudiar debido a que un ministro franquista decidió
hacer equivalente el año natural. Mi primer año de facultad fue de solo seis
meses. Hice periodismo porque se me daba bien escribir. Así de claro. Desde muy
pequeño ya escribía y me gustaba mucho hacerlo. Estuve trabajando desde los
dieciséis a los veintisiete años porque luego en 1981 cambié el periodismo por
la publicidad. También me decanté por probar a escribir ciencia ficción, pero
al final lo dejé porque no me gustaba, e hice finalmente publicidad. Cambié el
periodismo porque lo que me desencantó de ello fueron los periodistas, así de
simple. Porque muchos venían del Régimen y eran de una soberbia increíble y
para los que estábamos empezando nos despreciaban y debíamos rendirnos a sus
pies.
Durante diez
años trabajé como creativo en varias agencias, por lo que abandoné la literatura
por completo. Finalmente, en 1991 supe lo que realmente me hacía feliz, la
literatura. Esta siempre fue mi verdadera vocación, y desde entonces me he
dedicado plenamente día a día a ella.
Empecé con la
literatura juvenil presentándome a premios de literatura infantil y juvenil ya
que eran premios dotados económicamente. Probé suerte en el premio EDEBÉ y
gané, me volví a presentar y volví a ganar. Luego me presenté al ANGULAR y
casualmente gané. Suerte creo yo. Reconozco que fui un buen escritor y periodista,
pero ahora y para siempre me dedicaré a ser novelista juvenil, pero quien sabe,
a lo mejor si me surgiera una gran oportunidad como periodista…, me lo pensaría
bien, porque ahora los tiempos han cambiado y ya no estamos en épocas
franquistas, ahora sí que se tiene libertad de expresión… cosa que aquellos
tiempos no tenían.
Ahora estoy
casado, tengo dos hijos a los que dedicarme y sigo adelante con la literatura y
mis publicaciones de novelas…
Aquí os dejo
algunas de mis publicaciones de literatura:
La pared del hielo (Premio Alberto Magno 1992)
El coleccionista
de sellos (novela ediciones B. 1996)
La cruz de el
Dorado (Novela EDEBÉ 1999)
Las lágrimas de
Shiva (Premio EDEBÉ 2002)
La puerta de
Agatha (Novela EDEBÉ 2003)
Trece menos
(Antología, fantasy 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario